domingo, octubre 12, 2008

"La lengua es la llave que te ayuda a abrir el mundo y a comunicarte con él"

Reproducción de la entrevista mantenida con Humberto López publicada en El Mundo Hoy en Cantabria del 12 de octubre de 2008. También accesible desde el blog Fran Girao en El Mundo.

HUMBERTO LÓPEZ MORALES
Secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española
Ha visitado Cantabria gracias a una iniciativa de la Fundación Comillas en pos de la investigación en la enseñanza del castellano como lengua materna

Su currículum, como profesor titular e invitado en las más prestigiosas universidades americanas y europeas impresiona. Seguro de sí mismo, emplea marcadores con valores absolutos en su discurso. Parece fuera de lugar cuando no habla del aspecto científico y normativo de la lengua. Es patrono de la Fundación San Millán de la Cogolla y del Instituto Cervantes y estuvo en Comillas esta semana.

P.—¿Cuáles son los principales problemas a la hora de enseñar el español como lengua materna?
R.—Son múltiples y de diferente grado de importancia. Desde lo más superficial, como errores ortográficos hasta cuestiones más complejas como son insuficiencia de léxico, redacciones inadecuadas hasta el punto de no poder entender de qué se trata, etcétera. Es decir, que estamos y no es una exageración, en todo el mundo hispánico, lo que incluye los países americanos pero también a España, pasando por una situación verdaderamente preocupante con respecto a la calidad de la enseñanza del español como lengua materna.

Descubrimos, cada día que pasa, que estamos trabajando con programas de educación arcaicos, que los profesores no tienen métodos modernos y actualizados, que son los que están disponibles hoy en el mundo. Todo eso es lo que va a ocupar nuestras jornadas en Comillas.

P.—Dificultad expresiva y falta de comprensión lectora hacen del mundo de los jóvenes y escolares un lugar muy reducido… ¿es ése el mayor peligro?
R.—La realidad es que todo es muy peligroso, ya que la lengua es la llave que te ayuda a abrir el mundo y a comunicarte con él. Si no eres capaz de comunicarte, si no entiendes lo que te dicen los demás, estás absolutamente aislado y perdiendo muchísimas posibilidades. La enseñanza adecuada de la lengua materna, creo que es tan, o más importante, que la enseñanza de las matemáticas o de alguna lengua extranjera, por ser esa clave fundamental de acceso de tu yo interior a todo lo que te circunda.

Evidentemente, lo que tú puedas crear o inventar, estupendo, pero lo que te viene de fuera, si no entiendes lo que te dicen o si no sabes explicar qué es lo que quieres saber, estás perdido. Es una cosa realmente grave. No se trata de que escriban bonito o de que lean adecuadamente, se trata de que entiendan lo que se les está diciendo, lo que están leyendo y que se comuniquen de tal manera que todos entiendan lo que dice.

Las pruebas que estamos realizando ahora dicen que eso no está sucediendo en el mundo hispano, que algo está sucediendo. Este grupo de trabajo, que está integrado por un miembro de cada país hispanoamericano y de España, pretende conocer, sobre unas investigaciones previas, dónde está el problema, dónde radica, por qué está pasando lo que está pasando y, en definitiva, qué hay que hacer para que esta situación, verdaderamente perentoria y precaria, termine.

P.—¿Es posible obtener una buena enseñanza del español en las escuelas con una renta per cápita baja o son cuestiones independientes?
R.—No, no son independientes. Tampoco son obligatorias; es decir, hay lugares pobres, con pocos medios, pero con profesores muy dedicados, muy entusiastas, hay gente que sabe motivar a los estudiantes y se logran resultados estupendos. La falta de recursos, de materiales es importante e influye, pero no es absolutamente decisorio.

P.—Cómo profesor en numerosas universidades de todo el mundo, lexicógrafo y filólogo, miembro de varias academias de la lengua, ¿aprecia en alguna variedad concreta del español algún rasgo que se lo haga más agradable al oído?
R.—Como soy lingüista, no puedo ver las cosas desde este punto de vista. Yo pienso, analíticamente, en otras cuestiones. Veo, por ejemplo, si la persona se expresa con un vocabulario suficiente o si repite constantemente los mismos términos, si las estructuras son siempre muy simples…

Lo demás son cosas muy superficiales. Si me agradara al oído más el acento porteño u otro, son cuestiones subjetivas que no entran dentro del plano científico del análisis.

P.—¿Pesa en el desconocimiento del español la despedida del latín que parecen haber consumado los planes de estudio?
R.—Creo que no. Estoy convencido de que no tiene nada que ver. Evidentemente es una pena, una lástima que se haya perdido esa otra riqueza, que es el latín, pero desde luego no creo que la pobreza del español actual tenga nada que ver con que haya dejado de enseñarse.

P.—¿Qué opina de la reciente polémica suscitada por un profesor asistente de la Universidad de Tennessee que quería situar el origen del castellano en Cantabria?
R.—(Risas) Lo que pasa es que a estas alturas de la vida, tenemos tanta información, tanta documentación y tanto estudio hecho ya que, desde luego, sabemos que eso no es así. No hay posibilidades históricas de que eso haya sido así.

Lo que no quiere decir que, además de Cantabria, haya habido núcleos de habla del español primitivo. La cuna de lo que llamamos español hoy, se sabe que está en torno a los grandes monasterios, San Millán y Silos que es donde se han encontrado y no por gusto o casualidad las representaciones más antiguas en español.

P.—¿Cree, como don Víctor García de la Concha y don Francisco Moreno, que internet, lejos de suponer una amenaza, supone una gran oportunidad para el español?
R.—Lo veo de manera muy positiva, no como amenaza, en absoluto. La gente está utilizando mucho internet y así amplían conocimientos, satisfacen curiosidades.

Ni siquiera esa forma de comunicarse los chicos con los teléfonos móviles creo que signifique ningún peligro para la lengua española. Utilizan esas medidas en esos canales, aunque a veces en los exámenes aparezcan cosas por el estilo, pero son casos excepcionales; no creo que interfiera en absoluto en el español en general. Los adolescentes que utilizan esos cauces de comunicación lo hacen en ciertos canales específicos, pero saben que son para esos canales y no para otros, aunque ocasionalmente alguno se despiste y pongan esos signos que originalmente usan para ahorrar, por motivos de dinero.

P.—¿Cómo debe luchar el castellano contra la facilidad y sencillez del inglés y el número de hablantes del chino?
R.—En realidad, el inglés, es una lengua fácil gramaticalmente, pero endiablada, desde el punto de vista fonológico. Pronunciar el inglés es muy complicado, aunque su gramática es sencilla y fácil de aprender, sobre todo si lo comparamos con el español; el verbo inglés tiene tres formas, el español, casi 100.

Hay que tener cuidado con las estadísticas; por ejemplo, se computan como personas que hablan perfectamente el inglés gente que no lo hace. He tenido experiencias directas en Tailandia, por ejemplo; contraté un chófer y puse la condición de que hablara español. Me dijeron que, por supuesto, era impensable, pero que podía hablar inglés. Quiero que sepa que no pude entenderme adecuadamente con aquella persona, que hablaba inglés con una pronunciación así como oriental y rarísima. Ese señor, está seguramente computado en las estadísticas como un anglohablante.

Como todos sabemos, mientras que más del 90% de los hispanohablantes son nativos, en el caso del inglés, no llegan al 20%. En Bangkok, hace muy poco tiempo, el chófer me decía cosas que no entendía en absoluto; él me entendía a mí, hablándole despacio y ese señor está oficialmente clasificado en su país como un chófer que habla inglés. Hasta el punto en que, el día en que quería salir, tuve que señalárselo en un calendario. Él decía, «¡yeah, yeah, vemba fortin, vemba fortin!» y quería decir «November, the fourteenth».

lunes, agosto 25, 2008

Cómo hacer que el castellano nazca en territorio cántabro

Publicado en el diario El Mundo Hoy en Cantabria el 24 de agosto de 2008. Accesible también desde el blog Fran Girao en El Mundo.
El Gobierno se lanza a la promoción internacional del proyecto Comillas «apuntándose» a la tesis de que el español surgió en el valle de Valderredible
La leyenda de San Millán le incluyó, al igual que a Santiago, en varias batallas de la Reconquista
«Conoajutorio de nuestro dueno, dueno Christo, dueno Salbatore, qual dueno get ena honore, equal dueno tienet ela mandatjone cono Patre, cono Spiritu Sancto, enos sieculos delosieculos...». Puede que usted no reconozca lo precedente como castellano. Lo que es seguro es que no es latín y que los expertos de todo el mundo las tienen como las famosas glosas emilianenses, los primeros balbuceos del español. La polémica reabierta por el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, volviendo a poner encima de la mesa lo que para él, según declaró, eran las tesis recién descubiertas del profesor asistente Gregory Kaplan, va más allá de dónde se encuentran las primeras pruebas escritas. El americano dice creer que fue en Valderredible donde primero se habló uno de los tres idiomas universales.

Siglo VI después de Cristo. Bárbara, una mujer con parálisis parcial, es llevada hasta el refugio del anacoreta Millán (Aemilianus, por aquel entonces). El fervor, la comunicación con Dios y la oración del anciano curan a Bárbara, que quedará agradecida de por vida al Creador y al veterano asceta. La clave donde Kaplan introduce los dedos es en la situación de tal (y otros) milagro del que sería considerado santo, más tarde.

Gregory B. KaplanKaplan dice alejarse de la que supone una de las fuentes a la hora de cercar y limitar la vida del longevo (llegó a vivir, según se cuenta, 100 años) ermitaño: Gonzalo de Berceo (1197-1264) ya que, el que para el resto del mundo es el primer poeta en castellano cuyo nombre conocemos, para Kaplan es un mentiroso falsificador.

El americano se remonta al primer relato conocido y conservado de la vida y milagros de San Millán. Titulado sencilla y precisamente así (Liber de vita et mirabilibus Sancti Emilíani), fue escrito hacia el año 640 por San Braulio (590-651), obispo de Zaragoza, menos de 100 años después de la muerte del santo. Kaplan dice encontrar ahí indicios (y son sólo eso) de que el oratorio al que se retiró San Millán los últimos 30 años de su vida (en el que realizó, según Braulio, el milagro de curar a Bárbara) estaba en Valderredible y no en La Rioja, en el actual complejo-cenobio de los monasterios de Yuso y Suso.

Lo más arriesgado
Con todo y a pesar de la serie de datos inferidos de los nimios detalles que Braulio da, puede que lo más arriesgado sea que Kaplan quiere localizar en espacio y tiempo el nacimiento del castellano, ligándolo al culto que se desarrolló en torno al santo en su retiro (sucediese, donde sucediese, para Kaplan en Cantabria). Recientemente, de hecho, la catedrática y directora de los archivos epigráficos de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, Isabel Velázquez, ha afirmado que «no tiene mucho sentido» pretender ubicar en un lugar concreto y en una época determinada el nacimiento del castellano. Velázquez ha opinado que el castellano comenzó a hablarse de manera coetánea en muchos lugares y el que se encuentren documentos con inscripciones en romance o castellano no supone que el lugar del hallazgo pueda configurarse como el centro del nacimiento de esa lengua.

Puede que ahí radique el quid de la cuestión, ya que, aunque se demostrase que San Millán oró y murió en Valderredible en lugar de en La Rioja, enlazar un simple culto con el nacimiento de un idioma es, cuando menos, atrevido. De hecho, San Millán de la Cogolla es considerada la cuna del castellano no por haber albergado a la comunidad que surgió en torno al santo varón, sino porque fue entre sus fondos en los que se encontraron las afamadas glosas emilianenses.

Jugando al juego de Kaplan, esto es, atendiendo a Braulio –lo que aislado, no tiene nada de malo– y no a Gonzalo de Berceo, sabemos que Bárbara era de Amaya. La capital de lo que, tras la conquista visigoda (en el 574) sería el Ducado de Cantabria está –en la actual provincia de Burgos– a tan sólo 20 kilómetros de Valderredible y, en cambio, a más de 100 de San Millán. Esa es una de las pruebas de cargo de Kaplan: al estar Amaya más cerca de Valderredible, es más probable que el punto donde trasladaron a Bárbara para que viese a San Millán fuese actual territorio cántabro y no riojano.

San Braulio de ZaragozaBraulio detalla la vida y mudanzas de Millán a lo largo de su larga historia. De pastor de ovejas pasa a entrar bajo la protección del monje San Felices, que vive en Bilibio, cerca de lo que hoy es Haro. De ahí, tras ganar fama y atraer peregrinos a Berceo, según Braulio, Millán se retira a nada menos que 40 años de meditación y vida austera y ascética en el monte Distercio, en las inmediaciones del actual complejo monacal de la Cogolla.

Tras tamaño retiro, el obispo de Tarazona, Dídimo, le encargó la parroquia de Berceo, donde sería acusado por varios clérigos de «malgastar» bienes eclesiales, donándolos a los pobres. Es aquí donde Kaplan trata de ver la conexión cántabra. Braulio dice: «quitándole entonces el cargo que antes tenía, pasó inocente el resto de su vida en el sitio que ahora se llama su oratorio».

El retiro
El profesor asistente americano mantiene que, puestos a alejarse de la comunidad religiosa que le había expulsado, tiene más sentido alejarse realmente (hasta Valderredible) que los dos kilómetros que separan Berceo de las cuevas de la Cogolla. Kaplan no observa lo lógico de volver a retirarse a un sitio que ya conocía, (lo que hoy es el monasterio de Suso, construido a partir de las cuevas donde habitó el santo).

Cree que cuando Braulio dice: «acercándose la hora de su muerte, llamó al santísimo Aselo, presbítero, con quien vivía en compañía, y en su presencia aquella alma felicísima, libre del cuerpo, fue al cielo. Entonces, por diligencia de aquel beatísimo varón, llevado su cuerpo con mucho acompañamiento de religiosos, fue depositado en su oratorio, donde está», se refiere a que, en el siglo VI (momento de Braulio) el oratorio era una de las ermitas de Valderredible (Arroyuelos, Cadalso, Campo de Ebro, Santa María de Valverde, Villaescusa de Ebro y San Miguel de las Presillas) y observa un traslado posterior de sus restos, al actual San Millán de la Cogolla.

La hipótesis de Gregory Kaplan se apoya también parcialmente en que las primeras noticias del monasterio de la Gogolla no llegan hasta el 959, en un documento llamado De confirmatione monasterio, estudiado y referido por el hispanista inglés Brian Dutton.

Además, en El culto a San Millán en Valderredible se expone que la profecía de San Millán, que San Braulio recoge, acerca de la caída de Cantabria en manos de Leovigildo refuerza la idea de que el santo residía en ese territorio. A pesar de que se desconoce con exactitud los límites del territorio cántabro en los alrededores del siglo V y VI, la mayoría de las precisiones concuerdan en situar la actual San Millán de la Cogolla en la zona limítrofe, lo que podía hacerle caer en un área de influencia cántabra. Eso explicaría, también, por qué San Millán, según Braulio, a través de un mensajero, «manda que el Senado se reúna para el día de Pascua».

Más allá, el investigador americano aprovecha el desconocimiento que se tiene en la actualidad de la situación de lugares citados como cercanos al refugio de San Millán como Banonico, Prado o Parpalines.

A esto se puede alegar que el profesor de Historia Antigua de la Universidad de La Rioja, Urbano Espinosa, relaciona Prado con Vergegium –Berceo– en su estudio La ciudad en el valle del Ebro durante la Antigüedad tardía). Braulio dice de Prado «que no está lejos de su oratorio», lo que concuerda aún hoy en día con la distancia entre Berceo y el complejo de San Millán de la Cogolla (apenas dos kilómetros).

A toda la teoría de Kaplan, a la que el consejero de Cultura de La Rioja, Luis Alegre, respondió esta semana con el cúmulo de siglos de historia del cenobio riojano, se puede contestar con las sabias reflexiones del padre Rafael Nieto, viceprior del Monasterio de Yuso y al que los vaivenes políticos que puedan surgir a raíz de la reivindicación de Revilla le dan más bien igual.

Este veterano religioso opina que: «eso de cuna de la lengua es un eslogan publicitario muy bueno, pero la verdad es que la lengua no nace ni en un sitio ni en otro, ni tampoco en un momento concreto... la lengua es algo mucho más vivo, producto de la evolución de mucho tiempo y en un territorio muy amplio. Y en concreto, el romance es una evolución del latín, de ese latín vulgar y mal hablado que trajeron hasta estos valles las legiones romanas».

En resumen
Imaginando que el americano tuviese razón y San Millán pasase los últimos 30 años de su vida en un territorio que nunca antes había pisado; aceptando que (otra de las tesis que al actual Gobierno cántabro le han encantado) el supuesto culto a San Millán en Valderredible hubiese supuesto el germen definitivo del Camino de Santiago; incluso animando y felicitando a Kaplan cuando consiga su declarado próximo reto (hallar pruebas escritas de paleocastellano en Valderredible); lo único que no se admite, no ya según el corpus creado por Menéndez Pidal y seguidores acerca del nacimiento del español, es que alguien manifieste, más allá de un «eslogan publicitario» que ha encontrado la cuna del castellano.

San Braulio, obispo de Zaragoza y discípulo de San Isidoro concluye su obra, escrita hace más de 1.300 años, según traducción del padre recoleto Toribio Minguella (1836-1920) así: «Hemos cumplido lo que prometimos: resta finalizar nuestro trabajo expresando nuestra acción de gracias a Cristo, Rey de los cielos; pues con su ayuda e inspiración hemos comenzado y concluido este opúsculo. El nos ha concedido que contemplemos la vida de los varones santos, para consuelo de nuestras miserias presentes; Jesucristo, que vive con Dios Padre y el Espíritu Santo, uno por todos los siglos de los siglos».

Tras firmar ese final, el quincuagenario obispo no podía ni imaginar que el relato que describía la vida de un santo iba a causar polémica bastante más de un milenio después. La raíz de la misma se podía solucionar con el texto de Gonzalo de Berceo (de seis siglos más tarde) pero no si le consideramos un manipulador interesado, como hace Kaplan.

Al final, de nuevo, queda la sentencia de Dámaso Alonso: «el latín llega a ser el español a lo largo de una evolución lentísima y constante, y nunca podemos cortar por un punto y decir que ahí está el español recién nacido». Y esté donde esté Banonico e hiciese milagros donde los hiciese San Millán, los primeros trazos castellanos siguen en el monasterio de Yuso, en La Rioja.

Despiece: La idea necesaria para la base de la hipótesis: Berceo era «anticántabro»
Dice Kaplan que «aunque Dutton –hispanista inglés– reconoce que Berceo escribió La vida de san Millán para propagar la fama del santo y contribuir a la prosperidad económica de su monasterio, este estudioso asevera que a la Vita de San Braulio, Berceo sólo agrega detalles menores. A diferencia de lo que Dutton opina, no todos los cambios son menores, sino que algunos son especialmente significativos, como los que sirven para fortalecer el enlace entre Millán y el cenobio de la Cogolla».

El americano ve, pues, en los escritos de Berceo una intención que denomina «anticántabra» y una voluntad de desterrar la vinculación que el investigador cree real entre el santo y Cantabria. Así lo que Braulio no localiza inequívocamente y Kaplan utiliza para colar a Cantabria, habría sido usado por el primer poeta de nombre conocido en castellano para, en una de las primeras campañas de marketing del medioevo español, afianzar los lazos de los restos del santo con San Millán.

Si bien es cierto que en la época medieval se dieron casos de ensalzamiento de las falsas raíces de distintas reliquias (que muchas veces eran compradas por los monasterios y lugares de culto), Kaplan parte de un falso supuesto: haber demostrado inequívocamente en sus páginas precedentes la relación de Valderredible con el santo: «una de las alteraciones hechas por Berceo tiene que ver con la ubicación del oratorio de San Millán. Como se ha demostrado, la obra de Braulio indica que el oratorio está en Valderredible...»

martes, agosto 12, 2008

Miles gloriosus, más "gloriosus" que nunca (+audio)

Lo que sigue es un fragmento de la converación mantenida con Pepe Viyuela, días antes del estreno de Miles Gloriosus en la arena emeritense, en julio de 2008...
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Miles Gloriosus, interpretado por Pepe Viyuela y José Sancho ha batido todos los récords de público en el teatro romano de Mérida. Su éxito se explica mediante una conjunción de actores geniales, una historia universal (o, al menos, latina, nuestra), una adaptación absolutamente respetuosa con la historia y el espectador y un gusto exquisito en la dirección, por parte del novel canario Juan José Afonso. Hablemos de uno de los temas de este rincón de Internet; hablemos de cultura latino-hispánica; hablemos del antecedente de nuestras comedias del siglo de oro. Así, sí, Festival de Teatro Clásico, así, sí.

Nunca había visto una espantada de un teatro igual. Y Mérida no se merece eso. El Festival de Teatro Clásico se reconcilió con el mundo, tras la infame exhibición de 2007 con una adaptación de “Los Persas” de Esquilo que insultaba a la bandera, a los soldados en Afganistán y a las milenarias piedras emeritenses. La valía de los que trabajan todo el año para que todo quede genial en los meses de verano no se merecía esa “exhibición”.

Pasó un año y un Miles Gloriosus adaptado en una forma en la que el mismísimo Plauto hubiese dado el placet (lo justo para seguir haciendo reir a un público, también latino, 2.000 años después) volvió a poner al Festival de Teatro Clásico de Mérida donde se merece. Mérida no se merece camiones en el escenario, ni fusiles ni alzas de "drag queen". Las obras con el texto original no tienen sentido, pero tampoco se puede atraer a un público diciéndole que va a ver teatro clásico y meterle alegato moderno tras alegato pos moderno (“in medium virtus”, ¿no?). Todo esto lo deja bien claro el director, Juan José Afonso, en el texto aquí reproducido:

“No hemos tomado la decisión de realizar un montaje con contenido político, o como piensan muchos analistas de la obra de Plauto; profundizar en una propuesta antimilitarista, o de crítica al poder…porque cuanto más entramos en la función más creemos que se trata de un simple retrato de la estupidez humana.


Lo que ocurre es que alrededor de esa estupidez flotan los intereses más mezquinos del ser humano. O sea, lo habitual también en nuestros días. Es por ello por lo que personajes de otra época nos siguen pareciendo cotidianos en el actual paisaje humano. No creemos necesario sustituir la lanza por el fusil de asalto. Interesa poco si el objeto de la codicia es un trozo de buena carne o un Ipod de última generación.

Es evidente que Miles es un ser odioso, pero todos, por sus propios intereses, han contribuido a convertirle en quien es. La historia nos ha dejado claro que a la sombra de intereses burdos han medrado verdaderas bestias. Queremos contar esta historia de la forma más sencilla que nos sea posible, poniendo el acento en una interpretación poco estridente lo mas cercana al espectador y algo alejada (en lo posible) de la farsa, que en si mismo el teatro de Plauto posee"


Pepe Viyuela es un payaso. Y entiéndase esto, con la mayor carga posible de cariño y admiración. Es un profesional como la copa de un pino y lo vuelve a demostrar en las piedras de Mérida (y allá donde vaya de gira) con el Miles Gloriosus. Tómese en la acepción que se quiera (“glorioso”, sin más, o con el matiz desfasado que tenía en origen, “fanfarrón”) el Miles Gloriosus en la piel de Viyuela es más “gloriosus que nunca”.

José Sancho llena el teatro con su voz y encarna a un Centella inteligente y cómplice. Un placer. Es seguro que, haciendo honor a lo que tenemos de ellos, los antiguos romanos, que es casi todo, salvo el gusto por la esclavitud de alguno de ellos, Mérida sabrá darse cuenta de que esto (y no sólo en el terreno de la comedia) es lo que interesa (ahí la taquilla) y sus grandes profesionales (escena, gestión, dirección, comunicación) sabrán seguir honrando nuestros orígenes (ahí, desde donde sea, viéndonos, juzgándonos, los clásicos).

miércoles, julio 23, 2008

Entrevista a Víctor García de la Concha

También accesible desde el blog Fran Girao en El Mundo, reproduzco a continuación la entrevista mantenida para el diario El Mundo Hoy en Cantabria con don Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española.

Visitó Cantabria con motivo de las jornadas de trabajo del nuevo CORPES XXI, la recopilación global de la RAE de textos en castellano, para el estudio del español, en la que colabora la Fundación Comillas. En sus didácticas respuestas y en sus preguntas retóricas se nota su carácter de, como él dice, «muy profesor»

En el marco de la biblioteca del Palacio de Sobrellano, Víctor García de la Concha conversa tranquilo, amable, a pesar de que le esperan para una comida en el Capricho de Gaudí personalidades como el presidente de Cantabria. Habla con ganas e ilusión a pesar de sus 74 años, extraordinariamente bien llevados, de lo que le apasiona: el castellano, o como él lo llama, a modo de sinécdoque, «la lengua».

Pregunta.—
¿Por qué actualizar el CREA mediante el CORPES? ¿De dónde parte la necesidad?
Respuesta.—De la necesidad de organizar permanentemente la base de todos los trabajos académicos. El artículo primero de los estatutos señala que la función de la Academia es velar por la unidad de la lengua con el resto de las academias. Dice textualmente «velar porque los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico».

El español es una de las lenguas más trabadas en unidad. Uno puede recorrer América, casi desde Alaska, a la Patagonia sin problema ninguno de comprensión; puede haber alguna variedad léxica en la denominación de un plato de gastronomía o de un pájaro, pero su unidad es muy superior a la que tiene, por ejemplo, el inglés.

Esto le da robustez y es una de las bases de su capacidad de expansión, que se está demostrando hacia el norte con Estados Unidos y en el sur, hacia Brasil. No perdamos de vista que la lengua tiene en estos momentos su eje central en Hispanoamérica. Los españoles somos sólo la décima parte de los hispanohablantes y la fuerza expansiva viene de los movimientos migratorios desde los países Hispanoamericanos.

Esa expansión consolida la lengua, ya que es una lengua tan trabada, tan unida, que con su mero ejercicio se expande hacia los países donde migran los hispanohablantes. ¿Cuál es la función de las academias? Fijar ese lenguaje. Fijar no quiere decir dejarlo quieto, sino estar atentos a cómo va evolucionando. ¿Cómo se expresa y en dónde se sustenta la unidad? En tres grandes códigos: el léxico, que es el diccionario, la gramática y la ortografía. Estamos haciendo, con todas las academias, un diccionario que no sea sólo el del español de España, sino el del español universal.

La semana pasada estuve reunido con los directores de todas las academias en Santiago de Chile; me decía el director de la academia cubana: «¿Cuándo empezáis a marcar los términos como españolismo?». Ya lo hacemos, en el DRAE hay mucho términos que pone marca España, como en otros consta marca Cuba o marca Argentina.

Para poder hacer eso, necesitamos tener la documentación más actualizada de cómo va evolucionando la lengua y eso tiene su base en estos corpus que son grandes ficheros informáticos en los que se recogen testimonios del modo de escribir y hablar. El 70% de las formas allí recogidas proviene de América. No quiere decir que ese 70% sean cosas distintas de las que se dicen en el español de España porque la unidad del léxico, su universalidad, supera el 90%.

En torno al 90, 91% de las palabras que usamos los hispanohablantes son comunes. Sólo en un 9%, correspondiente a léxico cultural, de gastronomía y demás, es donde se produce la diversidad. De ahí la necesidad de que tengamos esos corpus actualizados y ofrecidos a todo el mundo a través de Internet.

P.—¿Ya tenemos previsión de cuándo saldrá la vigésimotercera edición del DRAE?
R.—Como sabe, el diccionario está actualizado día a día, porque a medida que vamos aprobando palabras todas las academias, las vamos añadiendo a la página electrónica. La página del diccionario recibe 750.000 visitas al día. Allí se pueden encontrar las modificaciones ya aprobadas…

P.—«Artículo enmendado»…
R.—«Artículo enmendado», exactamente. Veo que es usted un consultor diario del diccionario.

P.—Estudiar letras en Salamanca es un privilegio ¿y enseñarlas?
R.—Más. Yo fui catedrático del Instituto Pereda de Santander, como sabe. Quería hacer la carrera de profesor en la universidad y aquí no había, por entonces. Pasamos por La Coruña, fuimos a Valladolid y allí se me abrieron las puertas para poder enseñar en la universidad.

Estuve de catedrático en la ciudad de Zaragoza y estando allí me llamó quien era para mi un amigo entrañable, que más tarde acabaría siendo como un hermano, Fernando Lázaro Carreter. Me dijo que me fuese a Salamanca y que ni se me ocurriese ir a Madrid, aunque había una plaza allí. Yo pensé en la maravillosa ciudad que es Salamanca, en su increíble biblioteca, en su gran claustro de profesores… Tengo una gran vocación de profesor, yo he sido muy profesor. Enseñar en Salamanca era un gran privilegio. Soy catedrático emérito y sigo perteneciendo a la universidad.

P.—¿Cómo valora las presiones políticas a la academia para modificar acepciones y términos, como es el caso del significado de gallego en Costa Rica (tonto), o el reciente asunto de la ministra miembra?
R.—La Academia está abierta, porque su misión es tener los oídos y los ojos abiertos. Hay que percibirlo todo, analizarlo y tomar una decisión suscrita por las academias; porque ya no es que la Academia apruebe, es que aprueba el conjunto de las academias. Presiones recibimos de todo tipo.

Recuerdo que, siendo secretario, grupos de comunidades judías insistían para que quitáramos del diccionario la acepción de judiada como acción mala, que se consideraba propia de judías, que viene desde el siglo de Oro y que está vivo todavía en el lenguaje. ¿Podemos quitar esa acepción? No, lo único que podemos es marcarlo, diciendo que ese significado tiene sentido despectivo, como diciendo «no contribuya usted a que se difunda este sentido». Pero no podemos quitarlo porque entonces un lector de Quevedo no entendería a Quevedo.

Hay otro tipo de presiones que nos piden que cambiemos la lengua; ésta no la hace la Academia, la lengua la hacen los hablantes. Es el pueblo el que va cambiando la lengua ¿Quién tiene el poder supremo de cambio de la lengua? El uso. Nosotros estamos atentos al uso y lo que decimos es «mire usted, esto ha evolucionado de esta manera».

Recuerdo una anécdota que deja esto muy claro: la palabra elite francesa. Se confundió su acento en España y empezó a decirse élite. Dámaso Alonso luchó años y años porque el diccionario dijera elite. Una vez, en uno de los plenos, un académico eminente, trabajador infatigable, insistía: «¡Debemos mantener «elite», porque «élite» es un antietimologismo y no puede ser!». Yo le pregunté en el mismo pleno a Mario Vargas Llosa: «Don Mario, ¿usted cómo lo dice y cómo lo escribe?». Él respondió «Naturalmente, «élite»». Así, o condenábamos a la hoguera a Mario Vargas Llosa porque escribe como todos los hispanohablantes de América o admitimos la doble forma.

P.—Lleva 10 años de director de la Real Academia ¿puede hacer un breve balance?
R.—Recibí el encargo de la Real Academia y al mismo tiempo de S.M. el Rey, que es el patrono de la entidad, de dedicarme especialmente a América. Era lo que la Academia necesitaba y Fernando Lázaro lo había intuido pero él estaba limitado por una enfermedad y no podía viajar; demasiado hizo en los años en los que fue director y yo era secretario al mismo tiempo.

El hecho es que cuando él concluyó su segundo mandato y la Academia me pidió que yo le sucediera, se me indicó claramente que había que continuar esa obra y Fernando Lázaro me dijo «América», lo mismo que el Rey en la primera visita que le hice como director. ¿Qué encargo era ese? Reforzar y dinamizar la unión de la Academia española con las academias americanas al servicio de la unidad del idioma.

¿De qué estoy satisfecho? Pues de eso, pero no por una labor personal, sino por la labor de la Academia y de las academias. Porque por mucho que yo me hubiera empeñado y viajado, que me he empeñado y viajado, ya que recorro las academias americanas constantemente, si no se hubiera dinamizado la conciencia de la Real Academia Española de las academias de América de que juntas tenemos la responsabilidad de defender la unidad del idioma, no hubiera servido de nada.

Mire: cuando me hice cargo de esto, era un momento en que estaba a punto de sonar la campana; en aquel momento, México tenía preparado el proyecto de un diccionario que hubiese sido «alternativo» al de la Real Academia Española; no hace falta que le explique las consecuencias que eso hubiese tenido. Fue necesario cobrar la conciencia de que somos hermanos, de que no hay una academia superior a las demás. La de España sí que desempeña la función de primus inter pares... en concordancia habría que decir prima inter pares.

Todas las academias somos iguales y todas trabajamos en lo mismo. Recuerdo cuando empezamos con el consenso de la Ortografía: redactamos el texto y se le enviamos a las academias americanas; dijeron que sí, con alguna sugerencia, pero el director de Chile, Alfredo Matus, nos dijo: «Bueno, a esto hemos dicho que sí, pero a partir de ahora lo que queremos es, desde cero, trabajar juntos».

El año que viene aparecerá la Gramática, que por primera vez será una gramática del español total. Llevamos 11 años trabajando en ella todas las academias, un trabajo monumental. Cuando lo vean los hispanohablantes, se sentirán orgullosos de ese trabajo. Ahí hemos limado todas las diferencias, dialogado, consensuado.

De eso es de lo que me siento orgulloso, no en lo que me toca a mi, porque han sido las academias las que lo han hecho y yo he podido servir, porque me ha tocado estar ahí y es un privilegio que no olvidaré jamás, en la vida.

P.—¿Cómo percibe el perfil del consultor del CREA y el CORDE? ¿Variará con el CORPES, al amplificarse su repercusión mediática?
R.—A esos grandes repertorios lingüísticos o léxicos, los que acceden en su mayor parte son los profesionales y estudiosos de la filología y Humanidades. También compañeros suyos, del mundo de la prensa, muchísimos. Después está esa gente amante del español con la que se queda uno sorprendido, ya que teniendo un taller de mecánica en no se qué sitio, es uno de los consultores del corpus. A medida que vayamos ampliándolo y acercándolo a nuestro tiempo, irá atrayendo más consultores a sus páginas.

P.—Francisco Moreno, director académico del Instituto Cervantes y antes de la Fundación Comillas, ha declarado en alguna ocasión que Internet, antes que ser una amenaza para el español, ofrece unas condiciones inmejorables para su expansión ¿está de acuerdo?
R.—Lo suscribo plenamente. El acceso del mundo hispanohablante a Internet ha ido con retraso por la renta per cápita. A medida que se ha ido elevando y recuperando, vamos cobrando, con mayor dinamismo que otros, la presencia en Internet. Estamos en un tercer lugar y por tanto en posición de diálogo. Nos abre las posibilidades de estar ahí, en ese mundo, abierto a todo.

P.—El CREA y el CORDE están en Internet. ¿El CORPES lo estará también?
R.—Sí, también.

P.—Retos de la Academia para el siglo XXI, don Víctor…
R.—Bueno, estamos ya en el siglo XXI. Ahora vamos a terminar la Gramática, una obra monumental que se va a publicar en su versión extensa, con más de 3.000 páginas, en forma de compendio, con alrededor de 600 páginas y en forma de epítome, en cartilla. En el año 10 se termina el Diccionario de Americanismos, un proyecto de la RAE desde el siglo XIX, que solamente ahora, con las academias americanas, hemos sido capaces de llevar a cabo.

Estamos preparando una nueva edición de la Ortografía, que sea más atractiva, no sólo en su diseño y presentación material, sino también en la explicación del porqué de las cosas, en la atención al mundo de la publicidad, de la ortotipografía… esperamos tenerlo para el año 10, también.

Estamos elaborando un microdiccionario, al modo del de Oxford, que tendrá unas 22.000 entradas, pero que será muy navegable, lo haremos también en formato digital. Como el 2013 es el año del tricentenario de la fundación de la RAE, estamos planteando cerrar la etapa del diccionario que empezó en 1870, limpiarlo y cambiarlo, comenzando nuevas formas de lexicografía. El gran proyecto de esa etapa es, sin duda, el Diccionario Histórico; será el gran depósito del léxico español a lo largo de toda la Historia.

P.—¿Qué opina del desdén con el que se trata al latín en los planes de estudio?
R.—Es un déficit del sistema educativo, sin duda ninguna. No sólo pasa en España, pero aquí, el abandono de las Humanidades, que hemos tantas veces denunciado, es una realidad. Para alguien que quiera estudiar Filología española, no conocer el latín, lo imposibilita absolutamente.

Se volverá a ello, porque los hombres del Renacimiento, tan mercantilistas, reforzaron el retorno a las Humanidades como base de la preparación de un Hombre de negocios. No era un adorno. Es un sistema de formación intelectual, de formación del raciocinio insustituible y que nos entronca con una tradición, la tradición humanística española, grecolatina. Estoy seguro que a eso se volverá.

sábado, julio 12, 2008

Refranes y comida: buen maridaje (I)

Ya hemos dedicado alguna ocasión a hablar de uno de los patrimonios más valiosos, representativos, educadores y codiciados de nuestro castellano: el refranero. bien es cierto que menos de lo que deberíamos. Vamos a solucionarlo. Si en alguna otra ocasión utilizamos este rincón de la lengua para tratar de hacer ver la importancia de los refranes castellanos, también lo usamos en otra para relacionar refranes y dinero, pecunia, economía, que la tradición es larga. Esta vez, empero, probablemente, no nos baste con una entrega: y es que la mies es mucha y pocos los segadores, y tratar de, en una sola edición, abarcar un cantidad representativa de refranes españoles osbre comida, con la importancia que tiene el alimento en nuestra cultura es, para qué andarse con eufemismos, imposible.

"Aceituna comida, hueso fuera"
¿Más claro? Cuando acabes con un tema, deja de rumiarlo, deja de darle vueltas, escúpelo... (con educación, por favor) y a otra cosa, mariposa.

"Fe sin obras, comida de agua sola"
Aquí otro elemento crucial en la cultura hispánica: la fe cristiana. Su significado a pocos se les escapa. Creer en Dios y no demostrarlo es igual de insustancial, poco importante e irrelevante que comer sólo con una vaso de agua, sin mayor alimento. Sin ingrediente alimenticio, este refrán es asimilable a "a Dios rogando y con el mazo dando" u "obras son amores y no buenas razones".

"El agua, como buey; y el vino, como rey"
Me resulta especialmente atractiva la doble lectura (una más moral, otra más... ¿médica? ¿de salud?) de este ejemplo castellano. Por un lado, es un canto a la mesura en la toma de vino, que se ha de tomar de manera exquisita y escogida, como se les supone a los soberanos; el agua, al contrario se puede beber de manera abiertamente amplia, con tranquilidad, sin miedo a "pasarnos", pues es buena, como lo haría el buey, vamos. Por otro lado, ensalza la típica bebida mediterránea, afiliándola a los reyes, mientras nos hace darnos cuenta que el agua es del gusto del buey...
"Amigo, viejo; tocino y vino, añejo"
Este refrán castellano recoge una vieja tradición latina que defiende que determinadas cosas, que siempre se acaban relacionando con la amistad, son mejores cuantos más años tienen. Decía el original de los romanos que annorum vinum, amicus vetus et vetus aurum ("vino añejo, amigo viejo y viejo oro").

"Vino el cochinillo y tiró el cantarillo" Es usada (o puede ser usada, si somos rigurosos) esta sentencia como afirmación cínica de que algo pasó que nos hizo obrar en contra de lo que se esperaba, en buena moral, de nosotros, que nos hizo apartarnos del recto camino. Tiene su origen en una historia castellana que dice que, a fin de ganarse el favor de un juez, uno de los dos litigantes de un proceso le llevó un cántaro de miel como presente. Al enterarse, la parte contraria quiso no ser menos y le llevó un lechón, para asegurarse el fallo. Cuando el "recto" juez sentenció a favor del del cerdo, el pobrecito litigante del cántaro de miel fue a pedirle explicaciones... «Cierto, hijo, que recibí tu regalo, pero ni catarlo pude, porque de repente, ¡zas!, entró un cochinillo en mi casa y escacharró el cantarillo», explicó, tranquilo, el juzgador.

"Más vale pan y ensalada que ver la procesión de las ánimas"
Hoy en día este refrán alude a lo bueno de cenar, cuando menos, algo, por poco que sea. En tiempos se relacionaba con la supersticiosa creencia de ver a la famosa procesión de muertos si no se cenaba cualquier cosa (con base en las pesadillas por ¿hambre?, ¿quizá?).

Seguiremos con más. Seguro.

lunes, junio 30, 2008

"Este niño no me come nada"

Alguna vez hemos conseguido desterrar de la mente del lector de este pequeño apartado de la lengua castellana ciertos mitos, acerca de supuestas incorrecciones que revelamos como todo menos tales. Ya dijimos que "subir arriba" o "bajar abajo" pueden tener su justificación en un contexto determinado, o que hablar con la primera persona del plural puede ser un síntoma de modestia o empatía del hablante y su uso no siempre corresponde a la modalidad mayéstática. Veamos ahora cómo no debemos reirnos si escuchamos aquello de "es que el niño no me come bien".

Son varias las veces que he escuchado la respuesta... "¿No te come bien? ¿qué es lo que no te come bien, el brazo, la pierna...?" (acompañada de retintín, generalmente). Lo usado en esa frase es una modalidad con cientos de años en el castellano y miles de ellos en las lenguas del mundo: el dativo afectivo. Denota empatía o interés (de ahí su otro nombre, "dativo de interés") del hablante por la acción que se desarrolla... casi siempre. El caso es el mismo que en "¡Anda, no me llores!"; por supuesto, el "me" añade un matiz que relaciona al hablante con su destinatario.

"Casi siempre" del hablante, porque otro uso práctico de lo que hablamos es la usada oración: "se leyó el libro entero". En ese caso, se podía haber dicho "leyó el libro entero", pero el énfasis que otorga ese "se" denota un interés especial por "devorar" el libro.

domingo, junio 15, 2008

Más virtuosismo en el lipograma

Hace casi dos años, este rincón de la lengua castellana publicó una pequeña referencia acerca del grupo Mamá Ladilla y su virtuosa canción "En el vergel del Edén". Por aquel entonces ya decíamos que la habilidad, hasta que se demuestre el uso de una herramienta -informática o no- y el conocimiento demostrado a la hora de componer aquella canción, con sentido, con oraciones completas, con palabras del diccionario y, además de todo, con mensaje, eran sobresalientes.

Hoy me he encontrado con algo parecido del rapero Nach. Dividido en tres estrofas, este caballerete de Alicante hace auténticas virguerías. Como la comparación es inevitable, podemos ver que las frases y oraciones son más cortas que en el caso de Mamá Ladilla -estilo rap-, pero Nach lo ha intentado (y conseguido) con la "a" y con la "o" también. Hay más palabras inventadas que en nuestro caso primigenio de hace dos años y cuando el rapero aborda la "e" la fuente de "En el vergel del Edén" se ve muy clara. Además, el surrealismo campa a sus anchas probablemente más debido al corsé de la vocal en cuestión que al gusto rapero. Lo hemos dicho, es rap y los vocablos ingleses también se dan cita, en cambio, son incluidos con gracia (a mi juicio) y encajan a la perfección en el conjunto ("verme envejecer, ceder, ¡never! / men, métele el reverb").

El mensaje no deja de ser el texto autoreivindicativo y autobiográfico típico de este tipo de música, pero no deja de tener trasfondo más allá del ejemplo patético de "la vaca ata la atarazana a la granja". Así, insisto, si no ha sido usada ninguna herramienta que desconozco, la habilidad vuelve a ser digna de admirar. A continuación, la letra de "Efectos Vocales", del nuevo disco de Nach, "Un día en Suburbia". No sé si, como se dice en la canción "este hijo de puta es capaz de todo", pero de que ha demostrado cultura e inteligencia en esta pieza, estoy seguro. Perdón de antemano por los exabruptos (¿qué sería del rap sin ellos?).

Trabaja, plasma las palabras, hazlas balas,
atrapa ráfagas, sal, machaca cada sala,
ladra hasta rasgar la garganta,
saca las garras, las armas,
las gradas harán palmas,
la fama tarda, patán, jamás hallarás paz,
amargas caras largas arrastran la maldad,
andarás a rastras, pagarás caras las cagadas,
las carcajadas sabrán saladas,
tras, tantas trampas, tras, tanta jarana,
tantas falsas alabanzas, tras, tantas caladas,
tantas almas traspasadas para alcanzar la calma,
tantas pájaras, Nach manda fantasmas al Sáhara.
Charlas baratas taladran hasta dar arcadas,
parrafadas flacas acabarán mal paradas,
tan malas para masacrar, para ganar batallas,
apartadas, a patadas, atrapadas hasta dar la talla.
Canalla, vas a dar la campanada, para nada,
camaradas harán manada para achantar,
hasta cantarás baladas para agradar a las masas,
salta pacá, ya cansas, ya.

Yo no compongo con porros,
solo pongo ron o fonk,
propongo colocón como colofón,
formo monólogos, todos los bolos son hornos,
os toco con chorros sonoros, corosos como Concords,
lo corroboro, controlo todos los modos,
conozco todos los logros,
conozco todos los coros, mongolos.
No clono, no soborno, sólo lo gozo, lo rompo,
cmo Rocco os follo pronto,
corono robots con flow monótono,
crchos son como plomo,
yo floto por los tonos como corcho.
No dono, cloroformo,
formo los cosmos, los combos,
son gordos, los bombos son hondos, tochos.
Yo, monto gordos pollos con otros locos,
nosotros somos orcos, vosotros potros cojos,
foros con forofos flojos,
os jodo con condón, con don, compón como yo costoso.
No toco socorro, os soplo como polvo,
os borro, bobos, os froto dolor por tos los poros,
provoco ojos rojos por sollozos sordos,
¡Ohoh! todo con os, ¡lo bordo!

Ver gente decente perecer me estremece,
Le Pen es el germen,
el PP merece el trece.
Mequetrefes venden 3 CDs, ¿qué se creen?
Se creen jefes de este Edén,
¡Que les den! ¡Herejes!
Deben entender que defenderme es querer perder,
¿Pretenden vencerme en este set? Seré Federer,
empecé desde el retrete,
enterré el estrés,
en el presente el referente es el Everest, creedme,
el eje es tener fe.
Seres que deseen que enferme, desespérense,
pretenden que me estrelle, que frene este tren express,
temen ver que este LP es el best seller del mes,
¡Ves! Que en vez de entretener me pertenecen,
deben encender mentes dementes que ennegrecen,
¡Respétenme! Dejen de verter pestes,
seres terrestres ven que me elevé entre entes celestes,
verme envejecer, ceder, ¡never!
men, métele el reverb,
que recen emecés de Feber.
Me repelen peleles enclenques,
rehenes del tembleque decrecen en frente de este jeque.

domingo, junio 08, 2008

Gentilicios poco comunes

Seguro que se ha encontrado en alguna ocasión con la típica preguntilla: "¿Cómo se llaman los de tal sitio?". Muchas veces la respuesta humorística es añadir un rápido "-ano" o "-és" al nombre del lugar (o "topónimo"). Lo gracioso es que muchas veces acertamos sin saberlo... y es que construir gentilicios es más fácil de lo que creemos... ¿o no?

Tomemos como ejemplo los habitantes de la capital de La Rioja, Logroño. Es fácil saber que los de allí son logroñeses, pero ¿sabía usted que también se les puede llamar (porque lo son) lucronienses? Como veremos en muchos otros casos, la razón viene del nombre antiguo del lugar y, como veremos en varias ocasiones más, del nombre latino antiguo, del lugar: Lucronium.

Situación parecida ocurre con Galicia, donde sus habitantes son llamados principalmente gallegos, pero también podrían ser denominados galaicos o, incluso, galicianos. Es justo advertir que la RAE, en su DRAE, no incluye la habitual "U.t.c.s." ("úsase también como sustantivo") con lo que en principio, no tendríamos el beneplácito completo de la institución para usar estos y algunos siguientes adjetivos como gentilicios "puros"... no se preocupen, no es grave. Sin salir de Galicia, nos encontramos con La Coruña -de nombre romano Brigantium-, cuyos habitantes son coruñeses, pero también brigantinos y con Pontevedra donde podrá hablar con los sinceros pontevedreses, conocidos de otro modo por como lerenses (aquí sí la RAE otorga su "u.t.c.s." e incluso nos explica que tiene que ver con el río Lerez, el que forma la ría de Pontevedra en su desembocadura).

En los llanuras castellanas hallamos la llave de una de las ciudades españolas con más encanto, pero también con mayor número de gentilicios: Salamanca. Los de allí pueden ser llamados salmantinos, salmanticenses, salamanqueses, salamanquinos y hasta charros. El caso de Cuenca llama la atención, a veces tenemos tan en cuenta los adjetivos de derivación culta, que creemos los más sencillotes y primarios incorrectos, y no es así (a veces). Lo digo porque el de Cuenca es conquense, como saben muchos, pero también es cuencano, como saben menos. Es el mismo caso que los de Dinamarca, que son daneses, pero también dinamarqueses. Siguiendo en Castilla, los leoneses (de León) son también llamados legionenses, debido al origen etimológico de su ciudad, en la Legio VII Gemina. Más: los de Valladolid son vallisoletanos, pucelanos o pincianos; y es que Valladolid fue Vallisoletum, Pucela y la mansión romana Pintia se creyó, como aclara el DRAE, que estuvo emplazada en la tradicional localidad castellana.

Continuando el viaje hacia el sur, los de la calurosa en verano y fría en invierno Badajoz, son pacenses (del latín pacensis) y también badajocenses y badajoceños. Ya en plena Andalucía, los habitantes de Jaén son jiennenses, pero jaeneses y aurgitanos (del latino Aurgi, aurgitanus) también. Análogamente al caso de Cuenca y Dinamarca, está también el de Huelva, donde todos conocemos a los salados onubenses (de la antigua Onuba, hoy Huelva), pero menos a los no menos graciosos huelveños.

Saliendo al extranjero, pero no fuera del Imperio romano, al menos por hoy, el de Portugal es portugués y lusitano o luso (honrando al étimo topónimo de Lusitania) o portugalés. El de la capital de ese vecino, Lisboa, es lisboeta, lisbonense y lisbonés. El de turquía es turco, claro, pero los gentilicios de turquesco, turquí, turquino u otomano, se los debe a su turbulenta historia o a variaciones del más usado. Quiero y voy a terminar con el conjunto que más me llama la atención, el de Jerusalén, fruto, como el caso turco, de la historia y las variaciones de lo mismo: jerosolimitano, hierosolimitano, solimitano o jebuseo son los adjetivos a aplicar.

domingo, mayo 25, 2008

El catecismo del modismo (II)

Ya hubo una primera entrega... y habrá más. Continuamos ahora con nuestro particular "catecismo" del modismo español, ordenado alfabéticamente.

"A todo trapo"
Como muchas otras expresiones y modismos (no será la última vez que lo dejemos escrito en esta serie) este tiene origen en la jerga marinera. Hay veces que nos olvidamos que el territorio cuna del castellano es una isla unida al continente europeo, una península "rodeada de agua por todas partes menos por el istmo". Así, ese "trapo" son las velas de los barcos. Navegar "a todo trapo" es navegar con todas las velas desplegadas y, por tanto, a la mayor velocidad posible. En sentido figurado, precisamente eso significa hacer algo "a todo trapo", deprisa, rápida y ágilmente.

"A troche y moche"
No encontrará "troche" en el diccionario. Sí lo hará en el caso de "moche", pero con un significado que nada tiene que ver con lo que tratamos (los pueblos amerindios no juegan ningún papel aquí). Es, por tanto, un modismo de los "buenos", de los que hacen justicia a su nombre: o estás sumergido en la cultura hispánica o te quedas sin saber su significado. El modismo en cuestión se usa para significar algo que se hace siempre, con cualquier escusa, de cualquier modo y manera. En Argentina, además, la expresión toma un cariz más moneterio, aludiendo al que gasta sin conocimiento, medida o prudencia. Su origen podría estar en el léxico rural, aludiendo a la acción de "hachar" sin control, talar árboles de manera descontrolada. Según esa teoría, el modismo estaría también emparentado con los verbos "trocear" y "mochar", también propios del argot del leñador.

"Ancha es Castilla"
"¡Ala! Ancha es Castilla". Es una expresión muy popular en España para recriminar a aquel que actúa sin poner freno a lo que hace, sin atención a normas. De manera menos reprochadora, se puede decir ante las grandes posibilidades que se le abren a alguien a la hora de plantearse llevar a cabo alguna tarea. Como la vieja "¡Santiago y cierra, España!" tiene origen en los duros pero gloriosos tiempos de la Reconquista. Después de tener bajo control un territorio arrebatado a los moros, surgía la necesidad de dar sentido a esas tierras, nacía la preocupación porque la guerra hubiese servido para algo: había que poblar lo ganado. Los distintos reyes ofrecían terrenos y facilidades a aquellos que quisiesen establecerse en los dominios recién conquistados, a la hora de elegir, surgía la duda... ¿dónde? Pues... ¡ancha es Castilla!

Luis de Góngora y Argote (Córdoba, 11 de julio de 1561 – ibídem, 23 de mayo de 1627)"Ande yo caliente, y ríase la gente"
"Mientras yo esté feliz, que el resto diga lo que le dé la gana". Simple pero efectivo y muy habitual, porque las envidias suelen despertar críticas, ante las que este buen modismo suele resultar certero y desvastador. Aunque algunos sitúan su nacimiento antes, lo cierto es que, por haberlo popularizado y aún haberlo hecho universal, el padre de la formulación de esta idea (que no la idea en sí, claro) fue don Luis de Góngora y Argote.

De hecho, no se me ocurre una mejor manera de concluir esta entrega del "catecismo" del modismo...


Ándeme yo caliente
y ríase la gente

Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno;
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.

Coma en dorada vajilla
el Principe mil cuidados
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.

Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quién las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.

Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.

Pase a media noche el mar,
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar
la blanca o roja corriente,
y ríase la gente.

Pues Amor es tan cruel
que de Príamo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente

viernes, mayo 09, 2008

El lío de los superlativos

A veces surgen problemas a la hora de explicar el origen y sentido de los superlativos. Son geniales, nos permiten transmitir mensajes con fuerza y muy personales... pero ¡por qué se forman como se forman? Una pregunta de un observador atento podría materializar el objetivo de este artículo: ¿por qué de "nuevo" hacemos "novísimo" y de "bueno", "bonísimo" y de cruel, "crudelísimo"?.

Al observador atento le falla la base y pensar que, quizá la norma que ha observado no sea tal. No es el diptongo "ue" el que se transforma en "o". Es el origen de esos adjetivos el que hace que los superlativos se formen como lo hacen. "Nuevo" será "novísimo" debido al abuelo de ambos, novus. "Bueno" es "bonísimo" gracias a bonus. "Cruel", encambio, proviene del crudel, crudelis latino. He ahí por qué su superlativo se hace "crudelísimo" (para algunos). No es un caso solitario. Le pasa exactamente lo mismo a "fiel". Antes lo decíamos fidel, -is (de ahí el nombre propio) y por eso, el que es muy fiel es "fidelísimo".

Si nos ponemos a mirar formaciones irregulares en los superlativos veremos cómo tenemos varios ejemplos, todos "contaminados" por el origen de la palabra. Así, algo muy antiguo, además de eso, es "antiquísimo". Y concluyo con una curiosidad: ¿sabían que podemos nombrar a quien es muy "diestro"? (En principio, no me sean malos, alguien que será muy hábil y certero, no "muy de derechas"). Sí, será una persona "destrísima" y no "diestrísima" hacia donde nos tiraría la regla, ya que de la dextra latina salió nuestra "diestra" y aún nuestra "derecha".