domingo, mayo 25, 2008

El catecismo del modismo (II)

Ya hubo una primera entrega... y habrá más. Continuamos ahora con nuestro particular "catecismo" del modismo español, ordenado alfabéticamente.

"A todo trapo"
Como muchas otras expresiones y modismos (no será la última vez que lo dejemos escrito en esta serie) este tiene origen en la jerga marinera. Hay veces que nos olvidamos que el territorio cuna del castellano es una isla unida al continente europeo, una península "rodeada de agua por todas partes menos por el istmo". Así, ese "trapo" son las velas de los barcos. Navegar "a todo trapo" es navegar con todas las velas desplegadas y, por tanto, a la mayor velocidad posible. En sentido figurado, precisamente eso significa hacer algo "a todo trapo", deprisa, rápida y ágilmente.

"A troche y moche"
No encontrará "troche" en el diccionario. Sí lo hará en el caso de "moche", pero con un significado que nada tiene que ver con lo que tratamos (los pueblos amerindios no juegan ningún papel aquí). Es, por tanto, un modismo de los "buenos", de los que hacen justicia a su nombre: o estás sumergido en la cultura hispánica o te quedas sin saber su significado. El modismo en cuestión se usa para significar algo que se hace siempre, con cualquier escusa, de cualquier modo y manera. En Argentina, además, la expresión toma un cariz más moneterio, aludiendo al que gasta sin conocimiento, medida o prudencia. Su origen podría estar en el léxico rural, aludiendo a la acción de "hachar" sin control, talar árboles de manera descontrolada. Según esa teoría, el modismo estaría también emparentado con los verbos "trocear" y "mochar", también propios del argot del leñador.

"Ancha es Castilla"
"¡Ala! Ancha es Castilla". Es una expresión muy popular en España para recriminar a aquel que actúa sin poner freno a lo que hace, sin atención a normas. De manera menos reprochadora, se puede decir ante las grandes posibilidades que se le abren a alguien a la hora de plantearse llevar a cabo alguna tarea. Como la vieja "¡Santiago y cierra, España!" tiene origen en los duros pero gloriosos tiempos de la Reconquista. Después de tener bajo control un territorio arrebatado a los moros, surgía la necesidad de dar sentido a esas tierras, nacía la preocupación porque la guerra hubiese servido para algo: había que poblar lo ganado. Los distintos reyes ofrecían terrenos y facilidades a aquellos que quisiesen establecerse en los dominios recién conquistados, a la hora de elegir, surgía la duda... ¿dónde? Pues... ¡ancha es Castilla!

Luis de Góngora y Argote (Córdoba, 11 de julio de 1561 – ibídem, 23 de mayo de 1627)"Ande yo caliente, y ríase la gente"
"Mientras yo esté feliz, que el resto diga lo que le dé la gana". Simple pero efectivo y muy habitual, porque las envidias suelen despertar críticas, ante las que este buen modismo suele resultar certero y desvastador. Aunque algunos sitúan su nacimiento antes, lo cierto es que, por haberlo popularizado y aún haberlo hecho universal, el padre de la formulación de esta idea (que no la idea en sí, claro) fue don Luis de Góngora y Argote.

De hecho, no se me ocurre una mejor manera de concluir esta entrega del "catecismo" del modismo...


Ándeme yo caliente
y ríase la gente

Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno;
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.

Coma en dorada vajilla
el Principe mil cuidados
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.

Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quién las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.

Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.

Pase a media noche el mar,
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar
la blanca o roja corriente,
y ríase la gente.

Pues Amor es tan cruel
que de Príamo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente

viernes, mayo 09, 2008

El lío de los superlativos

A veces surgen problemas a la hora de explicar el origen y sentido de los superlativos. Son geniales, nos permiten transmitir mensajes con fuerza y muy personales... pero ¡por qué se forman como se forman? Una pregunta de un observador atento podría materializar el objetivo de este artículo: ¿por qué de "nuevo" hacemos "novísimo" y de "bueno", "bonísimo" y de cruel, "crudelísimo"?.

Al observador atento le falla la base y pensar que, quizá la norma que ha observado no sea tal. No es el diptongo "ue" el que se transforma en "o". Es el origen de esos adjetivos el que hace que los superlativos se formen como lo hacen. "Nuevo" será "novísimo" debido al abuelo de ambos, novus. "Bueno" es "bonísimo" gracias a bonus. "Cruel", encambio, proviene del crudel, crudelis latino. He ahí por qué su superlativo se hace "crudelísimo" (para algunos). No es un caso solitario. Le pasa exactamente lo mismo a "fiel". Antes lo decíamos fidel, -is (de ahí el nombre propio) y por eso, el que es muy fiel es "fidelísimo".

Si nos ponemos a mirar formaciones irregulares en los superlativos veremos cómo tenemos varios ejemplos, todos "contaminados" por el origen de la palabra. Así, algo muy antiguo, además de eso, es "antiquísimo". Y concluyo con una curiosidad: ¿sabían que podemos nombrar a quien es muy "diestro"? (En principio, no me sean malos, alguien que será muy hábil y certero, no "muy de derechas"). Sí, será una persona "destrísima" y no "diestrísima" hacia donde nos tiraría la regla, ya que de la dextra latina salió nuestra "diestra" y aún nuestra "derecha".