viernes, julio 13, 2007

Por antonomasia

La Tentación de Santo Tomás de Aquino (1632/1633) de Velázquez (Museo Diocesano de Orihuela)
Es una locución adverbial bastante usada pero, probablemente muy desconocida (por la razón siempre prejuzgada de contener un cultismo). La antonomasia es esa figura retórica que hace que se use el apelativo en lugar del nombre propio o viceversa. Así, puedo hablar, como hacía Santo Tomás, de “el Filósofo”, en lugar de Aristóteles o de “un Judas” para referirme a un traidor. Lo que traslada que algo sea “por antonomasia” es que un uso de una determinada palabra se ha convertido en el principal o el justo, por ser su significado el más conocido o acertado; así pasa con un automóvil que, en principio, es cualquier mecanismo que sea capaz de moverse de manera autónoma, pero que todos asociamos, ya, al coche.

Hoy hablamos, entonces, de las palabras “por antonomasia”, de los significados que se han ganado el hueco de ser los primeros que acuden a nuestra mente, tras oír su significante. En muchos de los casos (la mayoría, en el diccionario español) las palabras antonomásticas tienen relación con la religión. Esto se explica debido al carácter y la vocación universal de lo sagrado, que pretende alcanzar, por definición, no sólo a todas las clases sociales y condiciones, sino a cualquier rincón de nuestra vida. Y es que una anunciación es un acto de anunciar, sin más, pero cuando nos referimos a “la Anunciación” a la mayoría se nos vienen a la cabeza el Arcángel San Gabriel y la Virgen María. Obviamente, tenemos que olvidarnos de las mayúsculas, que el respeto y la norma, con el tiempo, nos hizo poner a todos los ejemplos que doy en este párrafo. Como, hablando de lo que hablábamos, “la virgen”, que es la Virgen María. Sin mayor información un bautista es, solamente, alguien que bautiza, pero San Juan se ganó el apelativo y es quien se nos viene a la cabeza cuando oímos lo de “el Bautista”. “Inmaculada” significa, etimológicamente, “sin mancha” y puede aplicarse a cualquier cosa, pero dicho así, sin más adornos, para el común no deja de ser otra forma de llamar a la Virgen. En lo mismo, “natividad” (que es el nacimiento) tenemos todos, y “nazareno” es cualquiera nacido en Nazaret, pero la fama universal obliga y ambos términos nos remiten a la Navidad y al Nazareno divino, Jesús. Pero la figura no reina sólo en la Iglesia católica. Un “buda” (palabra directa del sánscrito) es, en principio, cualquiera que haya alcanzado la sabiduría perfecta; sin embargo (quizá por desconocimiento) al oír la palabra, a la mente, a la mayoría, les asiste la imagen del buda con mayúscula, del fundador del budismo.

Es verdad que, como hemos dicho, por la importancia que se le da (y, sobre todo, se le ha venido dando) a la religión, sus antonomasias imperan en el diccionario, pero hay multitud de ejemplos fuera de ella de los que en seguida pasamos a ver algunos representantes. No obstante no estará de más advertir aquí que la clasificación de acepciones en el “rango” de “por antonomasia” entra dentro de una valoración crítica que deja vislumbrar la subjetividad del redactor del glosario en cuestión. Es decir, enclavadas dentro de lo que la lexicología llama “transición semántica”, las antonomasias pueden crear palabras independientes y el hecho de considerar que un significado es el más significativo, puede apoyarse en datos, pero las más de las veces deja traslucir el pensamiento del autor. Así, la segunda acepción para “cabeza” del DRAE consta como:

2. f. por antonom. La de ovino preparada para comer,

con lo que muchos puede que no estén de acuerdo. Sin embargo el DRAE sí que reúne el pensar de muchos cuando da al “alcohol” el significado por antonomasia de “alcohol etílico”, el que la mayoría imagina cuando escucha la palabra. También reserva un lugar para la del cerdo, cuando define “corteza”, a los pedos, cuando habla de “gas” o a la anticonceptiva, cuando se fija en la “píldora”.

Volviendo con las mayúsculas, una reconquista no es más que volver a conquistar algo perdido, pero sabemos que es una, con letra de caja alta en la que pensamos cuando oímos la palabra, la de la península a los moros. Hemos dicho que los significados construidos “por antonomasia” pueden llegar a constituir palabras independientes (como los casos de mayúsculas de este pequeño artículo cuya importancia, a pesar de tener el mismo origen que sus homónimos, fagocita su origen) y así pasa con “tienda”. El establecimiento que dispensa comestibles, ropa, etc. no deja de ser una evolución de sus antepasados, que se albergaban en verdaderas “tiendas” de tela, debido a la precariedad de los tiempos pasados y al carácter ambulante de los vendedores.

Cerrando el concepto y el artículo… ¿sería muy exagerado decir que aspiramos a convertirnos en el blog de “el castellano actual” por antonomasia?

9 comentarios:

m dijo...

Muchas gracias! Muy buena explicación. Te seguiré leyendo.
saludos.

Fran J. Girao dijo...

Gracias a ti, amiga.

Un saludo.

Unknown dijo...

Muy creativo tu texto explicativo. Verdaderamente un muy lindo espejo en el que te(me)vi jugando al genial juego de experimentar con palabras mientras se le da sentido a lo que uno quiere compartir con ese otro.
grcias
Salú
Italo

Anónimo dijo...

Perdón.

En todo caso en "la bitácora" (o "el blog") del castellano actual, con las comillas retrasadas.

¿O me equivoco?

Ameno y efectivo aporte idiomático.
Gracias y saludos cordiales.

Mikel Belasko dijo...

Muy útil.

Fran J. Girao dijo...

Gracias, Mikel.

Anónimo dijo...

Nada que objetar respecto al contenido del texto, sólo un simple matiz, si me permites:
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=sobretodo
La mayoría solemos cometer este error ortográfico.. Sobre todo se escribe separado a no ser que se trate, como muy bien dice la Rae de la prenda de vestir.

Un saludo.

Fran J. Girao dijo...

Por supuesto, amigo..¡el abrigo! Corregido el error (no le suelo cometer pero no hay defensa en este escrito. Estaba así, mal. ¡Gracias!

Unknown dijo...

...
但文章看不懂!