viernes, enero 05, 2007

El auto de los Reyes Magos

Adoración de los Reyes Magos, 1638, Francisco de Zurbarán, Museo de GrenobleHablamos hoy, día al que pertenece la mágica noche de Reyes, en este caso, del año 2007, de la primera obra de teatro conocida en castellano. Para el profano quizá sorprenda de entrada la similitud del texto con el español de hoy en día, con el castellano actual, antes del importante tamiz del Siglo de Oro. En efecto podemos entender a la perfección lo que alguien escribió hace nueve siglos, ya en nuestro idioma. La fecha consensuada de escritura del Auto de los Reyes Magos (segunda mitad del siglo XII) tan sólo difiere en algo más de un siglo de la aparición de los primeros trazos de castellano en la Historia: las glosas del monasterio de San Millán de la Cogolla (principios del XI). En cualquier caso, Baltasar todavía no era negro, como en este cuadro de Zurbarán. Apuntemos hoy, así, los numerosos misterios y polémicas –discusión entre judíos incluida- de la primera obra dramática que se conserva en español.

De autor anónimo, tenemos un legajo de dos piezas con ciento cuarenta y siete versos de diferente métrica. Está escrito en el espacio sobrante de un códice y lo más probable -con mucho- es que se trate de una transcripción de una obra que hasta entonces se habría recitado de manera oral y/o representado en iglesias y calles, más que de una obra original. La opinión generalizada apunta a que el resto de la obra se ha perdido, es decir, que el manuscrito no contempla toda la historia, aunque sobre esto hay más que decir –más adelante-. El texto no observa en absoluto las normas gráficas modernas de composición teatral (ni apunte de personajes a margen o resumen de los mismos al principio, acotaciones, indicaciones escénicas… quizá por el limitado espacio) y supone no sólo el antecedente del teatro español, si no también de su propio subgénero, el auto sacramental, representación de habitual sentido religioso y/o alegórico que popularizó don Pedro Calderón de la Barca en el siglo XVII.

Resumen
Tenemos cinco breves escenas. En la primera los tres Reyes observan la estrella y discuten sobre su significado. Baltasar decide profundizar a conciencia:

esta strela non se dond uinet,
quin la trae o quin la tine.
¿por que es achesta sennal?
en mos dias [no] ui atal.
certas nacido es en tirra
aquel qui en pace i en guera
senior a a seer da oriente
de todos hata in occidente.
por tres noches me lo uere
i mas de uero lo sabre.

En la segunda los Magos deciden seguir la estrella y qué regalos llevar (detalle importante éste, que luego analizaremos). Como dice Gaspar:

nos imos otrosi, sil podremos falar.
andemos tras el strela, ueremos el logar.


Primera página del manuscrito del Auto de los Reyes MagosEn la escena tercera los Reyes Magos se llegan hasta Herodes, le cuentan su pretensión, su creencia en que ha nacido un nuevo Rey y que la estrella les guía hacia Él. Herodes ve su gozo en un pozo pero, malvado, disimula…

pus andad i buscad
i a el adorad
i por aqui tornad.
io ala ire
i adorarlo e.


En la cuarta parte Herodes pide inquieto a su mayordomo que venga todo su séquito de sabios y todo aquel que le pueda arrojar luz sobre lo que cree que es una amenaza para su trono:

id me por mios abades
i por mios podestades
i por mios scribanos
i por meos gramatgos
i por mios streleros
i por mios retoricos;
dezir man la uertad, si iace in escripto,
o si lo saben elos o si lo an sabido.


En la quinta y última sección los “sabios” dan las razones que pueden a Herodes y dos rabíes se enfrentan sobre el significado e incluso la existencia de las escrituras que profetizaban la venida del Salvador.
Segunda página del manuscrito del Auto de los Reyes Magos

Hechos y misterios
Es precisamente esa discusión –por lo demás breve, muy, muy breve- la que constituye una auténtica novedad en la tradición literaria cristiana. Los Reyes, la Sagrada Familia y el Nacimiento con su Epifanía eran y, desde entonces, fueron tratados a diario en escritos y obras, pero no hay constancia de antecedentes de la introducción de dos personajes judíos discutiendo sobre la justicia y/o verdad de su propio rito. Obsérvese cómo el ¿arrepentido, convertido? segundo rabino habla del error (“nos somos errados”) del judaísmo –o bien de sus sabios, ellos- y de su hipocresía (“porque no la tenemos usada [la verdad] / ni en nuestras bocas es hablada”). La discusión, en suma, es ésta:

[Herodes]
pus catad,
dezid me la uertad,
si es aquel omne nacido
que estos tres rees man dicho.
di, rabi, la uertad, si tu lo as sabido.

[El rabí]
po[r] ueras uo[s] lo digo
que nolo [fallo] escripto.

[Otro rabí, al primero]
¡hamihala, cumo eres enartado!
¿por que eres rabi clamado?
non entendes las profecias,
las que nos dixo ieremias.
¡par mi lei, nos somos erados!
¿por que non somos acordados?
¿por que non dezimos uertad?

[Rabí primero]
io non la se, par caridad.

[Rabí segundo]
por que no la habemos usada,
ni en nostras uocas es falada.


Ahí acaba lo conservado de la obra. Y comienza otra de sus polémicas. De manera general la crítica acuerda que el auto está incompleto, que faltan partes posteriores que no nos han llegado. Desde luego, a favor de esta postura está la inequívoca falta de consistencia o peso de la historia, que no tiene un final claro (Herodes se queda sin saber qué hacer, la discusión parece no acabar, aunque es claro que el autor siempre haría ganar en la dialéctica –como hace en lo que tenemos- al “Rabí segundo”, y no volvemos a saber nada de los Reyes). Sin embargo, eruditos como Hook y Deyermond en un artículo de 1985 propugnan lo contrario: la obra está completa y si falta algo es de tono menor, pues “tanto paleográfica como conceptualmente la disputa de los rabinos tiene que ser la auténtica terminación de la obra”.

Por mi parte, creo ciertas una serie de circunstancias, cuando menos sospechosas: la obra aún con la falta de mayores noticias de los Reyes, podría perfectamente acabar con los dos rabinos, es decir, es un final plausible –recordemos la breve extensión de las escenas y el hecho de que no es una obra hecha para un público que ha pagado por verla y espera una cierta extensión, si no que está pensada para representarse en iglesias y por la calle en épocas de especial fervor religioso-. De manera anecdótica, el punto “final” –el símbolo gráfico- del manuscrito es el más grande de todo el texto; pareciera que el amanuense lo recalcó como fin de la obra (“…terminé”). Además el reconocimiento de la “falta” del pueblo judío por parte del arrepentido “Rabí segundo” podría suponer un buen colofón y “moraleja” para el auto. Un autor –o recolector de tradición oral, no olvidemos- cristiano de la época podría considerar “piadoso” el hecho de recordar a los judíos españoles la necesidad de la conversión a la vera religio. Lo que conecta, como mostraré, con el siguiente misterio: ¿dónde fue escrita la obra?.

Campanario de la catedral de ToledoTambién para esto la crítica tiene una opinión unificada, también existen voces discordantes y también aquí cada uno tiene sus cabales argumentos. De manera general, se cree que el manuscrito pudo pertenecer a la escuela de la catedral de Toledo; es fácil pensar incluso en una representación en la catedral en épocas navideñas. Falta un siglo para el reinado de Alfonso X “el Sabio” cuando se cree que se escribe el Auto de los Reyes Magos, pero Toledo ya encarnaba el ideal de ciudad en la que “juntos, pero no revueltos” convivían cristianos, judíos y moros en un ambiente cultural muy ligado a lo religioso, pero dinámico y en continuo avance –jamás acepté esa visión de la Edad Media como época de oscurantismo artístico y cultural, ¡qué hubiese sido de lo que siguió y de nosotros sin ella!-.

Algunas características léxicas –como ciertas anomalías en las rimas- hacen dudar a críticos como Rafael Lapesa, quien, en 1954, estableció su tesis de la filiación catalana o gascona del autor. Quien nos intriga, por su separación de la tesis “oficial” toledana con consistentes argumentos, es Gerold Hilty, que, en 1981, derriba la posición de Lapesa atribuyendo las incorrecciones a la falta de fijación del castellano en la época o a descuidos del copista –algún día alguien explicará porqué hay más hispanistas “guiris” que españoles-. Hilty hace venir al manuscrito, directamente, de San Millán de la Cogolla, La Rioja, o algún monasterio adyacente.

Existe un dato que podría declararse a favor de la tesis de Lapesa pero que, tras la contestación de Hilty, lo que hace es colocarse en los haberes de don Gerold y alejarnos de la filiación toledana: la función que los personajes de los Reyes otorgan a los regalos que llevarán al recién nacido… nuevo misterio. Baltasar, siempre el que se demuestra más escéptico, en la segunda parte propone:

oro, mira i acenso a el ofreceremos:
si fure rei de terra, el oro quera;
si fure omne mortal, la mira tomara;
si rei celestrial, estos dos dexara,
tomara el encenso quel pertenecera.


Es decir, el nuevo Rey ha de aceptar el incienso y rechazar los otros dos presentes, mundanos. Lo importante de esto es que ese detalle no es bíblico; de hecho es representativo de ciertos poemas narrativos de la época, de origen francés. Eso, gracias al camino de Santiago, en plena efervescencia en el siglo XII, nos acerca más a La Rioja que a Toledo. Recordemos que el castellano es aún una lengua joven –un simple dialecto romance del latín- y, a poco de su nacimiento en algún lugar entre el actual País Vasco, La Rioja… es de esperar que gozase de más fuerza allí que en el resto de la península (hasta que se impuso, poco después). Puede que, probablemente, en Toledo se hubiese escrito en latino.

San Millán de la Cogolla con el monasterio de Yuso al fondo

Desde luego no dejan de ser indicios y claro que en Toledo habría personas que hablasen el primitivo castellano, así como abades, juglares o clérigos que, tras un viaje o una vida en el Norte de la península, tenían influencias francesas…

La tesis
Por mi parte, vistas las evidencias, no observo inconveniente en hacer salir la obra del entorno riojano, en consecuente onda expansiva de la explosión de español que había tenido lugar un siglo y pico antes; el tema francés de los presentes al Niño es demasiado significativo, así como que una obra así se transcribiese al castellano. Es bastante probable, igualmente, que hablemos de una transcripción de una tradición oral (no de una obra original) y que el texto esté cortado por una razón tan simple como prosaica: se acabó el espacio -recordemos que aprovecha al máximo el hueco sobrante del códice en el que está escrita-. Sin embargo, acuerdo con Hook y Deyermond en que la discusión de los rabinos, por inusual, parece un elemento principal de la obra, "culmen ideológico". Es decir, el amanuense escribió lo que quiso -o lo que le cupo- pero la historia original debió ser más extensa. La transcripción pudo ser hecha de manera sinóptica, intentando adoptar el contenido de la obra al espacio disponible...

Sin más pruebas, la deducción no deja de ser un puro ejercicio de probabilidades... pero si hablamos de probabilidad… lo más probable es que el Auto de los Reyes Magos siga siendo un apasionante cúmulo de misterios y atrayentes datos histórico-lingüísticos.

Textos completos en la Red:
-http://www.fh-augsburg.de/~harsch/hispanica/Cronologia/siglo12/Magos/mag_auto.html
-
http://w3.coh.arizona.edu/projects/comedia/anonymous/autorm.html

Infórmenos sobre enlaces rotos

13 comentarios:

Anónimo dijo...

¿El leer esta clase de textos no hace que sufras faltas de ortografía? (ya se que hablo con un especialista...) Porque me dio a mi por leer textos antes de la creación de la RAE y ahora me confundo con algunas cosas o_o

Fran J. Girao dijo...

Hombre, Oxalis... Lo cierto es que este tipo de textos hoy en día está desgraciadamente restringido a eruditos, estudiosos y especialistas y las versiones para niños o profanos suelen estar "masticadas" y modernizadas -como en uno de los dos enlaces que propongo al final del artículo para el texto entero-. Hemos de darnos cuenta que este tipo de textos se concretaron cuando el español era más oral que escrito y cuando no había normas claras (y, depende de cuándo hablemos, ni claras ni oscuras).

Si separamos en nuestro cerebro los textos antiguos y los modernos, y tenemos bien claras las normas de ortografía actuales, a no ser que se lo enseñemos a niños y jóvenes -de hoy en día- no tendría porqué haber problema.

Por cierto, muchas gracias por lo de "especialista", pero no lo merezco. Espero tenerte por aquí a menudo.

Un saludo y ¡gracias por tu participación y halago!.

Unknown dijo...

Muy interesante el artículo amigo Albatros.
Me ha llamado la atención eso de que al principio Baltasar no era negro.
Cuando yo estudié en literatura El Auto de los Reyes Magos no me lo explicaron de una forma tan curiosa y amena.
Da gusto leerte.
Un saludo.

Fran J. Girao dijo...

Muchísimas gracias por tus amabilísimas palabras, Galatea. En efecto parece ser que la tintura de Baltasar correpondió a razones de propagación ecuménica que a otra cosa... Hay cuadros (desde el XVI), incluso, con un Baltasar amerindio...

Un afectuoso saludo.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho el artículo. Me interesa lo de la filiación catalana o gascona del autor. ¿Se sabe algo de la fonología del texto?

Fran J. Girao dijo...

Te aporto bibliografía de Lapesa:

-LAPESA, Rafael, "Mozárabe y catalán o gascón en el Auto de los Reyes Magos", en Miscel·lània Aramon i Serra, Barcelona, Curial, 1983, vol. III, pag. 277 - 294.

-Lapesa, Rafael. “Sobre el Auto de los Reyes Magos: sus rimas anómalas y el posible origen del autor”. Homenaje a Fritz Krüger II. Mendoza: D´Accurzio, 1954, 591-599.

Sobre el aspecto fonológico, mi investigación no alcanzó en ningún momento ese aspecto, aunque es cierto que, debido a las características del texto, podría ser muy interesante.

Siento no poder ayudarte más. Me alegra que te haya gustado el artículo.

Patricia dijo...

Me resulto muy util la informacion que contiene tu articulo.
Gracias

Fran J. Girao dijo...

Pues muchas gracias, Patricia, es una de las cosas que se pretende. ¡Hasta la vista!.

Unknown dijo...

Hola:
Este Artículo me sirvió mucho, ya que me encontraba buscando sobre el "auto de los reyes magos".
Para una exposición en clases.
Este artículo me ayudó de orientación y conocer datos curiosos sobre el tema.
Gracias.

Marielly.

Fran J. Girao dijo...

Me alegro mucho, Marielly. Un saludo.

Kelsey dijo...

Leí esta obra para una clase de teatro...esta entrada me ha ayudado mucho. Gracias!

Fran J. Girao dijo...

¡Gracias Kelsey!

Anónimo dijo...

Soy estudiante de Literatura Hispanomexicana y los textos de la asignatura de LITERATURA MEDIEVAL son en su mayoría en castellano antiguo y como es lógico ha sido muy difícil seguirles en entendimiento. Ahora hay un texto que está próximo a leerse ESTORIA DE ESPANNA y EL LIBRO DEL BUEN AMOR. Si puede proporcionarnos al menos el resumen para su comprensión. Muchas gracias.